“ Al hacerse vida la tierra, el nosotros indiferenciado se experimenta como sentimiento de solidaridad vital Un pueblo comienza a saberse como un nosotros que comulga con la vida común de la tierra. Pero en este devenir viviente del nosotros hay algo que se sustrae: el nosotros es viviente, eros, y es nosotros, no-más. Por eso, el carácter viviente, erótico, del nosotros es también ético. Es decir, la experiencia del gozo vital, de la palabra connotativa que lo define, es fundamentalmente política – como religada a la tierra diosa y como significada en el nosotros-ético-. Es decir, es palabra del pueblo.” Carlos Cullen.